EL ABORTO

UN CRIMEN 

DE HOMBRES Y MUJERES

Si vemos la cantidad de personas  que abortan y mueren a consecuencia de esto, seria la razón por la cual se establecerían algunas investigaciones del porque han cambiado tanto en estos tiempos los valores y privilegios que tenemos las mujeres de poder concebir un retoño. Pues, muchas veces son convencidas debido a las críticas de las diferentes personas que la rodean; deciden abortar a una nueva vida, la cual ni siquiera ha pedido venir al mundo, pero estas mujeres no caen en cuenta en las consecuencias que esto le podría traer, tanto trastornos psicológicos como problemas con la ley. Pero hoy en día, no podemos convencernos de las medidas que se deben tomar contra estas mujeres; porque al fin y al cabo están matando o cometiendo un homicidio, así sea con personitas que ni siquiera han podido observar la luz del día ni un solo segundo de su corta vida.

En estos tiempos observamos que vivimos bajo mucha injusticia, que todos la podemos percibir, uno de los aportes que hace esto, la tienen que vivir esas nuevas criaturas que son fruto de una violación, ya que están tratando de legalizar el aborto, por esta misma razón en distintos países del mundo.

Nosotras pensamos la mayoría de veces que un bebe es una carga muy gran y definitiva que implica responsabilidad, madurez y paciencia; nos sentimos económicamente y psicológicamente impedidas para llevar a cabo dicha labor, nos trazamos múltiples limitantes siendo la cobardía nuestra mayor limitante, por esta razón deseamos volver atrás el tiempo llegando a n punto de desesperación y comenzamos a culpar a todos los demás menos a nosotras mismas, nos decepcionamos de nuestra vida como acto pleno frente a la realidad.

Ahora coloquemos un poco de atención a estas palabras, usted padres y madres que han abortado a sus hijos, ustedes que han fracasado de forma tan des considerable al tratar de deshacerse del mal que han hecho y se han dado cuenta de que no pueden hacerlo. DIOS y el hijo que abortaron les dice: “Aunque vosotros pensasteis hacerme daño, Dios lo pensó para bien, para hacer sobrevivir, como hoy ocurre, a un pueblo numeroso” (GENESIS 50:20)